Dolores musculares
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Dolores musculares

¿Qué son los dolores musculares?

En el argot médico se conocen como "mialgia" y son dolores que afectan a uno o a varios músculos y, por tanto, pueden extenderse a amplias zonas del cuerpo. No debe concedérseles un valor inferior al que representan: el dolor puede ser leve, moderado o, a veces, intensísimo; puede resolverse espontáneamente o durar días o meses.

Los dolores musculares se encuentran entre los principales problemas médicos referidos por los pacientes: más del 80% de personas afirman que han experimentado algún dolor de espalda inespecífico de origen muscular a lo largo de su vida. El dolor musculoesquelético se sitúa entre los motivos principales que inducían a los pacientes a acudir al médico.

Cuando el origen del dolor no son los músculos, sino que existe una afectación de los tendones, (estructuras fibrosas que conectan los músculos con los huesos), se habla de tendinitis, o tenosinovitis si la vaina que protege algunas fibras tendinosas está también afectada. La tendinitis se produce cuando el tendón se desgasta por el uso continuo, y puede provocar un traumatismo o microtraumatismo real.

Dolores muscolares

Causas de los dolores musculares

dolor muscular localizado

El dolor muscular es un problema común y las causas más frecuentes son:

  • Esfuerzo muscular excesivo, un problema observado a menudo en deportistas que suelen entrenar aplicando siempre la misma fuerza en los mismos músculos y de una forma repetitiva, sin variaciones.
  • Repetición del mismo movimiento en el tiempo, típico de algunas profesiones.
  • Traumatismo directo o indirecto (dependiendo de si se debe a un impacto).
  • Sedentarismo (que genera atrofia muscular por inactividad).
  • Mala postura.
  • Tensión y estrés.

En estos casos, por lo común se trata de un dolor localizado que afecta a un área limitada del cuerpo, a uno o varios músculos.

Cuando el músculo es sometido a una fuerza mayor de lo que puede resistir, o si el esfuerzo que se requiere es excesivo en un momento en que el músculo no está "preparado", pueden producirse distensiones o luxaciones. La luxación no conlleva a una lesión de las fibras musculares, pero en la distensión si se ven desgarradas repentinamente. La magnitud del daño depende del número de fibras afectadas: puede ser leve si se extiende a pocas fibras (de primer grado), afectar a un número gradualmente creciente (de segundo grado) y, en casos especialmente graves, provocar su completa rotura (de tercer grado).

Localización del dolor muscular

El dolor muscular puede desarrollarse en cualquier parte. Las zonas del cuerpo con mayor riesgo de distensión son la pantorrilla, el muslo y la espalda.

DOLOR EN LOS MÚSCULOS DE LA PIERNA SIN ESFUERZO

Las piernas son una parte frecuentemente propensa a dolores musculares incluso sin esfuerzo físico, sobre todo en la pantorrilla, aunque las molestias pueden afectar a cualquier punto de la extremidad inferior, incluidos los muslos y los pies. En general es un dolor causado por calambres (es decir, contracciones súbitas del músculo) y sucede por la noche, durante el descanso. Una vez desaparecido el calambre, la zona afectada permanece dolorida hasta varias horas. Los calambres pueden aparecer sin motivo aparente o ser un síntoma o una complicación de algún estado especial de salud (p. ej., embarazo, enfermedad hepática, consumo de ciertos fármacos o esfuerzo excesivo).

Dolores musculares: síntomas

Los síntomas del dolor muscular dependen del tipo de daño.

  • Una luxación se manifiesta con un dolor que tiende a intensificarse progresivamente; al tocar el músculo se puede sentir también la presencia de una cuerda dolorosa.
  • Una distensión muscular provoca un dolor más intenso que la anterior y puede originar un sangrado con filtración y formación de un hematoma (cuanto mayor es el daño en el músculo más se extiende el hematoma). El dolor está presente en reposo y empeora con el movimiento y el estrés. En consecuencia, el músculo ya no puede utilizarse (impotencia funcional); también puede aparecer tumefacción, enrojecimiento.

El dolor está presente asimismo en caso de tendinitis y aparece con el movimiento y la compresión del tendón. Con la tenosinovitis es posible observar cierta tumefacción. Los síntomas se aprecian en la zona del tendón afectado.

Dolor muscular

El dolor muscular se percibe como consecuencia de la activación de nociceptores, unos receptores específicos especializados en la identificación de estímulos nocivos para los tejidos (que percibimos como dolor). Debido a un traumatismo, una sobrecarga mecánica, se estimulan los nociceptores que activan la sensación dolorosa. Cuando el músculo experimenta un "ataque" se desencadena una respuesta, que afecta a varias moléculas y células encargadas de sensibilizar las fibras nerviosas y provocar la liberación de mediadores químicos que, a su vez, actúan sobre los nociceptores. Por este motivo, el dolor aparece después de una lesión aguda en un músculo.

Entre los factores principales que desencadenan dolor muscular se encuentran la liberación de sustancias tipo Prostaglandinas, el trifosfato de adenosina (ATP, una molécula presente en todas las células del cuerpo y, especialmente, en las células de los músculos) y la reducción del pH en los tejidos (condición típica de los trastornos musculoesqueléticos).

Prevención

A continuación se ofrecen algunos consejos para ayudar a prevenir las lesiones en los músculos o los tendones.

Realizar un calentamiento adecuado

Fortalecer la musculatura

Preocuparse por aplicar una buena técnica

Interrumpir la actividad cuando se sienta cansancio

Parar y descansar si se percibe dolor

Evitar las actividades que obliguen a un esfuerzo excesivo

Cambiar de tipo de ejercicio o de actividad deportiva

Remedios

En el caso de una lesión en músculos o tendones, en general se aplica el método "PRICE": Protección, Reposo, Hielo, Compresión, Elevación.

  • Inmovilizar la parte afectada para protegerla de traumatismos adicionales y para ayudar a la regeneración de los tejidos.
  • Mantener en reposo el músculo lesionado o el tendón inflamado, con cuidado de no realizar movimientos que causen dolor.
  • Aplicar la bolsa con hielo sosteniéndola sobre la parte lesionada durante 15-20 minutos y repitiendo la aplicación cada 2-3 horas. El frío ayuda a reducir el dolor, la tumefacción y la inflamación.
  • Una venda de compresión contiene la hinchazón; el vendaje debe realizarse desde la periferia al centro, sin apretar demasiado.
  • Mantener la extremidad afectada en elevación para que no se acumulen líquidos en ella.

Además, puede tomarse Espididol®, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que es la asociación del aminoácido Arginina al Ibuprofeno, y gracias a la Arginina se absorbe 3 veces más rápido que el Ibuprofeno solo. Este aspecto es muy importante en el dolor agudo que requiere de un efecto analgésico rápido.

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